Continúo con la crónica.
Estaba en la entrada al edificio ante la presencia de
"Y" y a pocos segundos de la inminente llegada de "X". El
ambiente estaba bajo tal tensión que un simple susurro del viento podría haber
roto todo al carajo. El planeta
tierra estuvo cerca de un cataclismo único, de una magnitud comparable a la explosión del Big Bang.
Por lo menos eso era lo que sucedía en mi cabeza.
Miré sobre el hombro de “Y” cómo los
dígitos de color rojo mutaban lentamente, uno por uno, disminuyendo con el sólo objetivo de llegar a 0 o
cómo sus amigos más cercanos lo llaman, "PB" (Para Bajar).
Cada variación de número retumbaba al ritmo de los tambores del ejército de orcos
de Sauron, o al son de las campanas de los
primeros segundos del tema "Hell Bells"
de AC/DC.
Decidiendo que pensar alegóricas metáforas
de la situación no me ayudaría en lo más mínimo, giré abruptamente para correr,
y así escaparme. Ustedes que hubieran hecho? Saben que
también.
Ahora imagínense todo en cámara
lenta: Yo girando y encarando para los escalones, mientras que “Y” gritaba (en
cámara lenta) "cuuu....iii....daaaaa" PUM.
Atropellé a una persona que circulaba justo por la vereda. De chico jugué algunos
años al rugby (Maaaaannnn,
¿¿¿posta me dechisss???) y nunca en mi vida derribé a alguien con
tal destreza y magnitud. Mi entrenador hubiese estado orgulloso.
Al incorporarme, abrumado, intenté fijarme
contra qué objeto/cosa/persona/ente/auto me había estrellado, para entender qué
era lo que había pasado.
“Rober” yacía inconsciente en el piso. Le tiré unas monedas, no
había tiempo para formalidades.
Seguí mi retirada a la vuelta de la
manzana. Me senté, respiré, pensé. No necesariamente en ese orden.
Llamé a “X” al celular, le dije que estaba
a la vuelta porque alguien asaltó y noqueó a un hombre en la calle, huyendo luego
hacia donde me encontraba en ese momento... sin alcanzarlo. "Me jodí la
rodilla de nuevo..." agregué.
Le dije que se acercara y al verla al otro
lado de la esquina corrí hacia a ella:
La tomé de la mano. "Tenemos que
hablar... pero antes acompañame..."
Me alejé con ella (de la mano) hasta una plaza bastante bien
cuidada y alumbrada. No había señal de “Y”.
- X: Dale que pasa che, me estas matando con
esto. Unas chicas llamaron a la ambulancia y vos sos boludo? como vas a correr a un chorro?
- Yo: No
importa eso X... La verdad que no aguanto más.
(Suena el celular de X) Sin siquiera
pensarlo, se lo saqué y lo apagué.
Ella mirándome todavía más sorprendida, como que si
no entendiese nada de lo que sucedía.
- Yo: Perdoname pero no puedo más...
Mis manos tomaron las suyas, así tipo de
frente, poniéndolas a la altura de nuestras caderas, pero
más cerca de la mía.
Mirándonos desde muy cerca, yo obviamente con la cabeza levemente
inclinada hacia abajo, y ella mirando
arriba.
Creo que se entiende... traté de encontrar una foto de dos
personas en esa posición, pero parece ser que soy único desplegando ese
tipo de movimientos.
Un segundo y medio después, acerqué aún
más mi rostro al suyo. Ella respondió recíprocamente y, milésimas de segundos
después, sentimos suavemente el roce de nuestros labios hacer contacto con el
otro, introduciéndonos así en la más pura y plena expresión de un verdadero
beso.
La batalla aún no estaba ganada... debía
durar.
Al toque nos estábamos abrazando y besando como verdaderos
amantes reencontrados después de caído el Muro de Berlín.
Fue sólo al minuto y medio que me dije,
"Listo... por fin se acabó".
Es destacable comentar que me puse más
contento por terminar con esta Odisea, que por el honor, orgullo preservado y
sobretodo el cajón de cervezas ganado.
Lo sucedido después no interesa al
Objetivo ya que se cumplió perfectamente.
Igualmente nunca lo voy a olvidar... pocas veces quedé tan mal con
una persona, pero como dije, eso ya es otra historia que algún día escucharán.
No voy a pasar por nostálgico, simplemente
doy gracias a los pocos que me siguieron en este mes y les deseo un próspero Año Nuevo.
El Blog seguirá abierto para futuros
lectores.
Saludos!
Hicimos historia, no?