DIA 9 - "un pequeño paso para el hombre..."

Más vale tarde que nunca.

Estuve complicado de tiempos y recién ahora encontré el momento para continuar el relato de los hechos.

Hoy, por su propio bien, voy a ser lo más claro y conciso posible:

La última vez, DIA 6, cubrimos lo sucedido en el fin de semana y lo cerca que se estuvo de un contacto personal. Al parecer, el lunes a la noche los astros se alinearon ya que después de tantos meses, la vi.

Yo estaba en un bar (nuevamente en el que ya mencioné) hasta que convencí a mis amigos de ir a la fiesta del club de Villa de Mayo, la misma que había sido suspendida días atrás.

De antemano les cuento que rompí con mi tendencia alcohólica, por el simple hecho de poner el auto para ir, y fiel a mis convicciones, no tomé.

Había barra libre.

Pero no era una barra libre corriente como las que nos tienen acostumbrados este tipo de fiestas. Era una BARRA LIBRE y de las buenas. Duró prácticamente hasta las 8 am. Simplemente un Jardín del Edén para toda persona borracha y austera como yo. 

            Pero en fin, era algo más que debía sacrificar por el Objetivo.

Me dediqué a pasar cada 10 minutos por la barra para pedir vasos de Coca. Algún provecho había que sacarle, por eso la cantidad de cocas ingeridas mantuvieron mi mano ocupada (había que tirar facha boló), engañado mi paladar y gratificaron mi bolsillo haciendo rendir los 20 pesos invertidos en la entrada.

Después de aproximadamente 2 hs de vagar por ahí, encontrarme con viejos amigos, seducir jovencitas indefensas, bailar y sobretodo tomar coca-cola, vislumbré la figura de “X” ingresando a la fiesta rodeada de su manada…Inexplicablemente, cual escena hollywoodense, el tiempo se detuvo mientras que todo corría en cámara lenta y los rostros de los testigos presentes volteaban la mirada hacia ella, admirando semejante gracia y belleza coexistir en una misma unidad, la que esplendía una luz asimilable a la de una estrella Supernova en sus últimos instantes de vida.

 O quizá simplemente llegó sin nada en especial, no recuerdo... lo importante es que llegó.

Llegó y la vi. Bien.

"¿Ahora qué hago?"

No tuve tiempo de charlar eso con ustedes. Pero creo que la respuesta era simple: ir y saludarla. Tan simple que estuve aproximadamente 45 minutos juntando coraje para hacerlo... y tomando coca-cola.

Tenía que acercarme y saludarla, no era gran cosa. Desconozco por qué, pero estaba nervioso. Quizá el hecho de haber hablado únicamente por MSN me daba pudor. Sumado a todo lo que hice para buscarla y contactarla. Quizá también el haber estado mirándola hace 30 minutos, sólo y desde un rincón.

Hasta que dije "Man! (mi voz interior es la de un rugbier cheto, ni idea por qué.), es una apuesta que hiciste vos... y por eso la tenés que cumplir. Además, es sólo una mina".

Esa línea me hizo entrar en confianza, y salir a su encuentro.

Así, con ese toque de confianza y únicamente bajo los efectos de la Coca-Cola con hielo, me acerqué a ella mientras sonaba en mi cabeza el tema de Superman y, con una simple sonrisa y un "hola", pude dar iniciar nuestra primera conversación en la vida real.

Luego de reírnos un rato, eventualmente sucedió lo que siempre acontece en estas situaciones (durante el chamuyo uno a uno); La abundante cantidad de alcohol ingerida (en mi caso gaseosa) hace que pese a tus máximos esfuerzos de control y pensamiento zen, tengas que indefectiblemente retirarte del terreno como futbolista que, precisando minutos de juego, se lesiona en el primer tiempo del partido.

Esta situación es así de delicada por lo siguiente:

Está científicamente comprobado, siendo también de público conocimiento que cuando dejamos a “nuestra” chica para ir al baño, va a haber SIEMPRE un 85% de posibilidad de que simplemente desaparezca (tienen el poder sobrenatural de esfumarse de verdad. No es joda, lo vi en NatGeo) ­ o se la esté encarando otro (por lo general suele un amigo. Eso lo vi en un documental de herramientas (?)… Por serrucho. ¿No? Ok).

No obstante, de camino al manantial dorado, me sentí conforme por la batalla. Más bien, no fue batalla sino la primera parte de las mismas en la que los líderes o representantes de cada bando se reúnen en la mitad del terreno en forma diplomática para establecer los términos y condiciones del encuentro bélico… ubicándonos obviamente en una metáfora medieval (Ver Gladiador, Corazón Valiente, Troya u cualquier otra película épica).

Ese primer acercamiento fue muy positivo (voy a seguir con la metáfora, loco): bajo mi bandera, mis representantes exigieron la soberanía del territorio y ofrecieron la posibilidad de no entrar en conflicto armado si “X” cumplía pacíficamente ese requisito. Aparentemente hubo algo de negociación pero creo que sus intermediarios aceptaron tácitamente la oferta, seguramente con algunas condiciones.

La negociación se suspendió cuando mi vejiga ya no podía contener más  Coca-Cola, emprendiendo mis tropas una forzada retirada. (Disculpen mi insistencia con la metáfora medieval, probablemente continúe haciéndolo).

Con oficio, le di espacio, mientras se divertía con sus amigas, yo hice la mía por un tiempo. Eventualmente nos encontrábamos y cruzábamos algunas palabras, le tiraba alguna gansada o cosas por el estilo.

A eso de las 5 am, alisté nuevamente las tropas y la busqué. Al encontrarla, la veo sujeta a dos de sus secuaces, digo amigas… a penas de pie.

"X todo en orden?", ilusamente pregunté.

No hubo respuesta, una de las chicas tuvo que hacerlo por ella: (riéndose) "está para atrás...se pasó un poco con tanto alcohol"

En ese preciso instante odié la barra. Hasta me tomé el tiempo y delicadeza de girar la cabeza, fruncir el ceño y apretar el puño. No sólo no podía gozar de tan abundante manantial de bebidas sino que además organizaba un complot en mi contra para privarnos del cumplimiento del Objetivo. 

Además ahora estaba todo mojado de coca por apretar tan fuerte el vaso.

Sé que las personas que votaron la encuesta en mi contra tienen algo que ver con eso.

En fin... traté de quedar bien ofreciendo mi ayuda para lo que quisieran, pero afortunadamente no me necesitaban. Entonces me retiré con elegancia a otro sector de la fiesta a cagarme de risa con los pibes.

Al día siguiente no me conecté.

Hoy en el laburo pude hablar un poco y sacarme la duda de si se acordaba de lo bien que comenzó la fiesta con nuestro pequeño pero superlativo encuentro. Por suerte así fue, dejándome tranquilo con el avance conseguido.

Ya hablamos, ya hubo química. ¿Habrá que esperar hasta el viernes?

Puede que no...